miércoles, 16 de septiembre de 2009

He ladrado en las puertas del cielo y maullado al salir del infierno...

Una carta sin autor

Hola cariño, esta noche no puedo dormir, sólo viene a mi mente la imagen de tu partir, cuando sin voltear dijiste amor. Caminaste en línea recta sin vacilar, sabiendo que te acercas a tu pesar. Cuando una cobarde voz te dijo adios, cuando el amargo viento de tu corbata tiró, forzándote a voltear, pude ver en tus ojos el temor. Cómo puedo saber lo que sentiste aquel amanecer, cuando una llamada interrumpió nuestro eterno amanecer. Un hijo predilecto estás a punto de perder. Padre, cuando un día mis ojos no miren más, mis pulmones vivir no quieran, mi corazón saltar no desee, mis piernas bacilen al caminar, mi vivir sólo sufrir sea, y un aparato me mantenga en este mundo superficial... Padre, ¿Me prometes que me dejarás partir? Padre, será tan grande mi sufrir! verte así me parte el alma, pero me atormenta más mi madre... Madre, tengo sólo seis años, yo sé que se te quebrabtas al verme tal vegetal en este hediondo hospital... Te amo mujer hermosa, pero amo más verte vivir una vida tranquila... Déjenme partir, no hay más cura a este martirio... Es para mí un dolor, para mi padre una pena y para tí, querida madre! es la muerte...Pero acaso hijo yo dejaré de amarte? Acaso, hijo, estas lágrimas son de dolor? Estas lágrimas, hijo, mi adorado hijo, son producto del amor! Ni el más grande de mis penas podría hacerme desistir ante la adversidad cuando me has enseñado lo que es el amor...Pero madre, no vale la pena vivir así... Encerrado en un cuerpo que aprisiona nuestros corazones, que limita a nuestros ojos a la lluvia y a nuestras mentes al lamento...Su decisión por mantenerme en esta tierra me hace pensar que son los padres más fuertes del mundo... Yo no tengo solución, han pasado los años y sigo convaleciente, mi condición empeora cada día... Y sin embargo tienen ustedes grandes esperanzas...Esperanzas que para mí están ya muertas...Padre, ¿Acaso tu amigo, ese que dices que hace milagros, aún no escucha tus suplicas? Madre, ¿Acaso tu madre del regazo con flores no cede ante tus lágrimas? He querido conocerlos, ustedes los quieren tanto que pensé que vendrían de visita, ¿No es así padres? En fín, creo que soy demasiado grande para tener tan pocos años...Mi decisión de no querer más estar en esta vida, no es por este hospital, no es por este dolor, ni por esta vida inerte... Quiero que entiendan, queridos padres, que sólo he venido a este vida para hacerlos sufrir... Verte llorando, madre, es el dolor más grande que puedo tener... Padre, verte frotando tus dedos sobre tu canosa cabellera, porque no tienes dinero para comer, porque no puedes ir a trabajar, porque ya estás cansado por no dormir, porque las palabras ya no son suficientes para calmar el dolor de mi madre, porque la cuenta del hospital es más grande que tu cuenta de banco, padre, me hace tambalear... Esto ya no es vida, adorados padres... Pero, hijo, no hay razón para desistir, a tu enfermedad una cura hemos de encontrar...Calla! Es preciso nuestro bienestar... Yo quiero ir al lugar mágico del que hablan mis abuelos, jugar con los animales y hasta poder tomar agua de río sin en esta enfermedad tener que pensar...Padres, nunca he tenido la oportunidad de suplicar ante ustedes... Nunca he probado un pastel de cumpleaños por estar en esta cama, pero, en esta ocasión, sí quiero pedir un deseo: Deseo nuestra felicidad, nuestra tranquilidad...Ahora, padres, si su deseo de verme feliz es tan grande como el mío hacia ustedes, entonces, déjenme partir... Adios seres queridos, esta noche parto, pero no sin antes, darles un beso....